Por Dra. Catherine Abreu Vargas, MSIH CEC / info@accneuroeducacion.com
Quiero comenzar compartiendo contigo una historia poderosa que nos invita a reflexionar:
El Maestro y la Taza de TéUn maestro zen recibió la visita de un profesor universitario que deseaba aprender sobre el zen. El maestro lo invitó a tomar té, y comenzó a servir. Cuando la taza del profesor ya estaba llena, el maestro siguió vertiendo té hasta que comenzó a derramarse.
—¡La taza está llena! ¡No cabe más té! —exclamó el profesor, desconcertado.
El maestro respondió:—Al igual que esta taza, tú estás lleno de tus propias ideas y opiniones. Si realmente deseas aprender, primero debes vaciar tu taza.
Esta historia nos invita a reflexionar: ¿Cómo está tu taza? ¿Cómo está tu vida? ¿Se mueve en equilibrio o apenas por inercia? Reflexiona sobre estas preguntas. Las emociones que surgen al imaginar tu vida como una rueda pueden darte pistas sobre cómo estás manejando tu equilibrio.

La Neurociencia y el Equilibrio de la Rueda de la VidaLa neurociencia revela cómo nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse y reorganizarse frente al cambio, un concepto conocido como plasticidad cerebral. Este fenómeno nos muestra que, al igual que una rueda que necesita estar equilibrada para moverse con fluidez, nuestras mentes también requieren un equilibrio para avanzar con eficacia. Cuando tomamos decisiones para mejorar nuestra vida, como cambiar hábitos o superar barreras, el cerebro forma nuevas conexiones neuronales que nos permiten adaptarnos.
Este proceso de reconfiguración cerebral es esencial para que podamos avanzar en las áreas de nuestra vida que requieren equilibrio. Al realizar un cambio, el cerebro activa nuevas rutas de aprendizaje y adaptación, lo que facilita que podamos superar desafíos pasados y crear una vida más equilibrada.
La Rueda de la Vida y su DesequilibrioTe invito a realizar el ejercicio de la rueda de la vida. Consiste en calificar de 1 a 10 diferentes áreas clave, como la economía, las relaciones, la salud, la familia, la educación, entre otras. Cada área se representa como una sección de la rueda. Después de calificar, une los puntos y observa la forma que toma tu rueda.
Cuando la rueda está equilibrada, tiene forma circular, lo que indica que cada área de tu vida está siendo atendida de manera adecuada. Sin embargo, si la rueda se distorsiona, se convierte en un polígono con lados desiguales, lo que refleja el desequilibrio.
Imagina que la rueda de tu vida es así:

Área de Familia: 3/10
Área de Salud: 9/10
Área Económica: 2/10
Área Social: 6/10
Área de Educación: 7/10
El dibujo de la rueda, conectando estos puntos, sería irregular, lo que indicaría un fuerte desequilibrio entre las diferentes áreas. Esto puede generar dificultades para avanzar de manera efectiva, ya que, como en una rueda desalineada, hay fricción en el camino, lo que dificulta el movimiento.
Este ejercicio tiene un impacto profundo en tu cerebro: al identificar áreas desbalanceadas, activas la plasticidad cerebral, permitiéndote reconocer y abordar los cambios necesarios. Así, como una rueda de la vida más equilibrada, tu mente también se reconfigura para facilitar un mayor bienestar. Para ir avanzando hacia ese equilibrio personal tan deseado podemos crear de manera consciente momentos significativos que nutran nuestra mente y cuerpo. Aquí algunos ejemplos de cómo hacerlo:
Conectar con los demás: Conversaciones profundas o gestos de apoyo refuerzan nuestras conexiones sociales, liberando oxitocina, una hormona clave para la regulación emocional y el bienestar.
Lograr pequeños objetivos: Superar metas alcanzables como mejorar tu salud o aprender una nueva habilidad estimula la liberación de dopamina, neurotransmisor relacionado con la motivación.
Aceptar desafíos: Salir de nuestra zona de confort crea nuevas rutas neuronales que fortalecen nuestra capacidad de adaptación, promoviendo el crecimiento personal.
Disfrutar el presente: Practicar la atención plena y disfrutar de pequeños momentos, como una caminata o una comida, activa áreas del cerebro que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.
En Conclusión
El primer paso para lograr equilibrio en tu vida es reconocer que deseas un cambio. Aunque el proceso puede generar incomodidad, es necesario para activar la plasticidad cerebral y permitir la reconfiguración de nuestros hábitos y pensamientos. Cada vez que tomas acción hacia el cambio, estás remodelando tu cerebro y tu vida.
Te invito a reflexionar sobre tu rueda de la vida, diagnosticar las áreas que necesitan atención y actuar en consecuencia. Solo así, con conciencia y acción, podremos soltar lo viejo y abrazar lo nuevo, y, como el maestro zen nos sugiere, vaciar lo que ya no nos sirve para hacer espacio a lo que realmente importa.
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