El ritmo de un corazón agradecido: Jahdiel Avilés Pomales y su mensaje desde la batería
- Sala Urbana
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Con su participación en “Young Drummer of the Year”, este joven músico puertorriqueño demuestra que el talento acompañado de fe y perseverancia puede abrir puertas inimaginables
Por Esteban David Rodríguez Flecha / info@salaurbana.com
Con apenas 17 años, Jahdiel Avilés Pomales se ha ganado un lugar entre los jóvenes músicos más prometedores del país. Natural de Juncos e hijo de los pastores Jeisiel y Wilna, Jahdiel se convirtió en el único puertorriqueño finalista en la primera edición del prestigioso concurso “Young Drummer of the Year”, celebrado en Estados Unidos y auspiciado por la reconocida marca de platillos Zildjian.

Aunque no obtuvo el premio principal, su participación marcó un antes y un después en su carrera y en la representación musical de Puerto Rico ante el mundo.
Un joven enfocado y con propósito
“Soy una persona enfocada, disciplinada y apasionada por lo que hago”, expresó Jahdiel con la madurez de quien sabe que el talento sin compromiso no basta. Desde los cinco años comenzó a tocar batería, inspirado por su padre, también baterista. “Siempre me gustó ver a los músicos al frente. Recuerdo un concierto de Juan Carlos Rosa que me impactó y desde ese día supe que quería dedicarme a la música”, compartió.
Su crianza en un hogar pastoral ha sido un pilar en su desarrollo. “Mi fe y la enseñanza de mis padres han sido la base de todo. Me enseñaron que el talento viene de Dios y la gloria siempre será de Él”, afirmó, reconociendo que su fe lo mantiene con los pies en la tierra y con la mirada fija en el propósito.
De Juncos a Nashville
El joven músico descubrió el concurso en las redes sociales y no dudó en aceptar el desafío. Su esfuerzo lo llevó a ser escogido entre los 10 mejores bateristas jóvenes de Estados Unidos, mientras se alista para una de las experiencias más importantes de su carrera: el campamento de verano del Berklee College of Music.

“No podía creer que iba a representar a mi isla. Cada vez veía cómo Dios abría puertas más grandes”, recordó. Su preparación fue intensa y constante, con largas jornadas de práctica y sesiones junto a su padre y el maestro Héctor Matos. “Fue un tiempo de mucho enfoque y disciplina”, confesó.
El día de la competencia, el ambiente fue más de compañerismo que de rivalidad. “Más que una competencia, se sentía la armonía entre los finalistas, el staff y los jueces”, describió. Su solo —una mezcla de ritmos latinos con fusión moderna— cautivó a los presentes. “Pude mostrar mi identidad como boricua y mi conocimiento de estilos internacionales y latinos. Este conocimiento captó a todo el mundo en el auditorio”, relató con orgullo.
Más allá de los aplausos, Jahdiel valora lo aprendido y lleva un mensaje desde la humildad. “El talento te lleva lejos, pero la actitud y la humildad te mantienen allí”, afirmó. Su experiencia lo llevó a comprender que la verdadera grandeza no está solo en ganar, sino en dejar huella con luz y disciplina.
Representar a Puerto Rico fue, para él, un honor que no toma a la ligera. “En una islita donde hay tanto talento, sazón e historia, es un privilegio enorme representarla. Siempre estaré orgulloso de ser puertorriqueño”, dijo emocionado.
Con la mirada puesta en seguir creciendo, Jahdiel sueña con tocar en escenarios internacionales y colaborar con artistas cristianos como Christine D’Clario, Gateway Worship y Juan Carlos Rosa, su gran inspiración. “Dios ha puesto personas a mi alrededor para formar y perfeccionar mi talento. Ha abierto y cerrado puertas para mantenerme en el camino correcto”, reconoció.

A los jóvenes músicos les deja un consejo claro: “No se detengan por lo que no tienen. Practiquen todos los días y aprovechen cada oportunidad. Las buenas cosas toman esfuerzo y tiempo.”
Cuando se le pidió resumir su experiencia en una sola palabra, no lo dudó: “Inolvidable.”“Fue una experiencia que marcó mi vida y me impulsó a seguir creciendo. Me ayudó a ver el nivel donde estoy y lo que aún puedo perfeccionar.”
Con voz humilde, concluyó con gratitud: “Sin mis padres nada de lo que he hecho sería posible. Cada arreglo que han hecho para que esto suceda se lo agradezco. Gracias por proveerme el equipo y las herramientas que necesito.”