Por Redacción SalaUrbana / info@salaurbana.com
Un ciudadano de nuestra región compartió una experiencia desagradable en el Church's Chicken ubicado frente a la UPR de Humacao. Al adquirir una oferta familiar de 8 presas, se percató de que al abrir la caja, las presas presentaban un color oscuro y un olor desagradable.
En sus propias palabras, el cliente expresó su frustración: "Pensé en desechar la primera presa, pero al abrir las demás, todas estaban en la misma situación. Regresé al establecimiento para pedir un reembolso, y la gerente, molesta, sugirió que la próxima vez trajera las presas sin abrir. ¿Cómo iba a saber que el pollo estaba podrido sin abrirlo?"
Al solicitar el reembolso por el pollo en mal estado, la gerente, en lugar de ofrecer disculpas, sorprendentemente sugirió al cliente que en futuras ocasiones trajera las presas sin abrir. Este comentario desconcertante plantea la pregunta de cómo los clientes podrían detectar problemas sin inspeccionar los productos. La actitud de la gerente generó más frustración, y el cliente, en voz alta, expresó su decisión de no ofrecer a sus hijos alimentos en mal estado.
Este incidente destaca la preocupación por la calidad y el servicio en algunos establecimientos de comida rápida y tiendas locales. La comunidad está atenta y se insta a verificar minuciosamente las compras para evitar situaciones similares.
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